Te vas... Y yo me quedo inerte, añorando tus costumbres, tu amor incondicional, el peso de tu cuerpo sobre el mío, tus cuidados y los míos. Tus recuerdos mojan el papel sobre el que escribo, y vuelvo a echar de menos en superlativo. No encuentro nada que haga justicia a esa capacidad de darlo todo sin esperar nada, no encuentro la manera de dejarte ir sin que se haga justicia, igual que no veo justo que te hayas ido. Decirte que te quiero me parece excaso y excesivamente vulgar, nosotros éramos mucho más que eso, las uniones tan fuertes sobrepasan el amor, son simbiosis de almas que se pertenecen sin pertenecerse. Tu mirada, tus pasos por la casa, tu eterna bondad sobrepasan mi tristeza y la convierten en dolor del que no puedo salir. Aún es pronto, aún no me hago a la idea de no despertarme con tus ruidos, con tus llamadas de atención. Aún no concibo este tiempo sin ti, sin nuestras cosas, sin tu cariño, sin tu mirada. Quizás me quieras recordar de nuevo lo efímero de la vida, qu...
Y volar... por encima del cielo si fuera necesario, surcar los mares y dejar que todo fluya, disfrutar de tu sonrisa, de mi rostro de felicidad reflejado en tus pupilas, de tu inocencia, de tu incondicionalidad, de tu amor, de tu cariño, de tu vida. Tu alma limpia de todo aquello que corrompe lo que nos hace libres y efímeros a la vez, capaz de ser ejemplo temprano de lo que perdimos con los años, de todo aquello que nos aleja de la plenitud. De repente se completa lo que jamás pensamos que fuera incompleto y creamos necesidades naturales y entendemos que es en eso en lo que debe consistir la vida y en nada más. Es en tu mirada donde se apaga el resto del mundo porque no hay mundo si en él no esta tu mirada. Y volar... volar más alto por encima de los cambios, por encima de las tristezas y las faltas, por encima de las ausencias, por encima de todo, nos empeñaremos en volver a empezar cada vez que sea necesario, al fin y al cabo en eso consiste esto. Y cuando caigamos en el abismo ...
Y perder la relatividad que un día me hizo libre, enfrentarme a problemas que no son tal, que solo crea mi mente, la facilidad de enredarse en lo simple, posiblemente por aburrimiento. Y qué más da todo si a tu lado soy feliz, si me das todo lo que necesito, si completas mi persona, si has descubierto lo que desconocía desde hace tanto tiempo. Si podemos hacer lo que queramos, qué más da si a tu lado soy más fuerte si tu también lo eres al mío, si juntos somos más grandes, si nos empeñamos en cuidar esto tan bonito que tan pronto creció, que más da todo lo demás. Qué más da si alrededor todo explota, qué más da si estamos juntos tu y yo y nuestro aire, el que respiramos a diario, el que nos trae felicidad, nuestro tiempo, nuestra dedicación, tus sonrisas, tu mirada, mi felicidad, qué más da todo si podemos ser lo que queramos, qué más da. Dejemoslo ahí secundario y que fluya total... qué más da. Infinitamente gracias.
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