Lamento desolado
Perdón, te pido perdón desconsoladamente por algo que nunca te diré, porque no merece la pena hacerte daño, porque el daño yo sola lo sufriré, sola llevando la pena de haberte fallado, de haber roto con todo lo que construí a tu lado sin que tan siquiera seas consciente de ello, perdona por haber sido yo, mientras tu, desde la lejanía me abrazas en silencio esperando una mirada, algo que te aliente, que te demuestre sin excesos que todo sigue igual; y así es, todo sigue igual porque todo aquello está más que olvidado en mi mente, solo el retazo de haberte traicionado ronda en mi pensamiento, hoy y siempre sabré que no te lo mereces, que no hay justificación, que únicamente el error es mio, tu no lo mereces, a pesar de todo, tan solo tu amistad es mi delirio, eso es lo último que quisiera perder. Prometo no perderme en juegos estúpidos, en absurdos que me hacen daño, daño por traicionarte, lo demás ya no duele, ya paso. Quizás así quede demostrado, quizás ya no haya más dudas, quizás el tiempo, la soledad, la añoranza y el despecho vuelvan a romper mis principios. Puede que con el tiempo, por fin aprenda le lección después de pillarme los dedos mil veces tras cerrar esa puerta, puede que ahora que todo tiene consecuencias, esta conciencia me enseñe que me importas tu por encima de muchas otras cosas, que ya no podré limpiar lo que ya ensucié, que a tu lado ya siempre me sentiré culpable y nunca más digna de tu presencia. Desoladamente te pido perdón en silencio.
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