Grito a la deseperación
Crece la tristeza, nada podía ser de otro color. Los años, las ilusiones, los golpes van pasando van truncando el deseo de encauzar un sueño o tan solo una vida. Tanta razón para aquel genio que un día cantaba a Sisifó. Consuelo de la segunda parte, necio recuerdo de algún día pasado, tragarse las ganas de chillar, creerse en la impotencia de no hacerlo, romper el silencio con un llanto de resignación, con un de nuevo sin sorpresa, con un hasta nunca, con un incierto camino. Frustración.
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