Estimada señorita Zen, no es descreimiento todo lo que padecemos, quizás seas hastío por la reiteración de actos indignos que nos invaden en nuestra paz interior, que si bien no os hacen cambiar nuestro parecer, si nos hacen sentir mal por tanta maldad gratuita imperante. Como siempre, recibe un beso cálido, Who.
Te vas... Y yo me quedo inerte, añorando tus costumbres, tu amor incondicional, el peso de tu cuerpo sobre el mío, tus cuidados y los míos. Tus recuerdos mojan el papel sobre el que escribo, y vuelvo a echar de menos en superlativo. No encuentro nada que haga justicia a esa capacidad de darlo todo sin esperar nada, no encuentro la manera de dejarte ir sin que se haga justicia, igual que no veo justo que te hayas ido. Decirte que te quiero me parece excaso y excesivamente vulgar, nosotros éramos mucho más que eso, las uniones tan fuertes sobrepasan el amor, son simbiosis de almas que se pertenecen sin pertenecerse. Tu mirada, tus pasos por la casa, tu eterna bondad sobrepasan mi tristeza y la convierten en dolor del que no puedo salir. Aún es pronto, aún no me hago a la idea de no despertarme con tus ruidos, con tus llamadas de atención. Aún no concibo este tiempo sin ti, sin nuestras cosas, sin tu cariño, sin tu mirada. Quizás me quieras recordar de nuevo lo efímero de la vida, qu...
Y perder la relatividad que un día me hizo libre, enfrentarme a problemas que no son tal, que solo crea mi mente, la facilidad de enredarse en lo simple, posiblemente por aburrimiento. Y qué más da todo si a tu lado soy feliz, si me das todo lo que necesito, si completas mi persona, si has descubierto lo que desconocía desde hace tanto tiempo. Si podemos hacer lo que queramos, qué más da si a tu lado soy más fuerte si tu también lo eres al mío, si juntos somos más grandes, si nos empeñamos en cuidar esto tan bonito que tan pronto creció, que más da todo lo demás. Qué más da si alrededor todo explota, qué más da si estamos juntos tu y yo y nuestro aire, el que respiramos a diario, el que nos trae felicidad, nuestro tiempo, nuestra dedicación, tus sonrisas, tu mirada, mi felicidad, qué más da todo si podemos ser lo que queramos, qué más da. Dejemoslo ahí secundario y que fluya total... qué más da. Infinitamente gracias.
A ti que de repente te conviertes en imprescindible, que despiertas sentimientos, que despiertas inquietudes y miedos, a ti a quien tanto echo de menos, a quien con su tranquilidad traía paz, quien prescinde de necesidades banales y se convierte en parte de mi. A quien sufre el desarraigo absoluto de desprenderse de si mismo para encontrar inseguras promesas de futuro, esperanzas inciertas de pensamientos tediosos. La zozobra y el astio de no poder sentirte, el nudo en la garganta por no tener tu compañía, por no poder encontrar tus ojos mirando con ternura los míos. Si pudiera elegir, te elegiría libre, sin esas ataduras que te dieron todo para luego no darte nada, sin ese dolor tan grande que te dañó el alma, para encontrarnos libres y no separarnos. Sigue mirando al cielo cuando estés triste que yo estaré también mirándolo para que desde la lejanía te sientas acompañado, yo desde aquí seguiré luchando, así es la amistad sincera, así es la incondicionalidad que nos damos. Te quiero....
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Besos
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Besos mágicos
Como siempre, recibe un beso cálido, Who.
Besos
Me penetraron tanto...
Te sigo!
Si queres, pasa por mi espacio y hojea mis letras, me gustaria ,ucho
Besos