Azar desilusionado
Me levanto relativamente temprano para comenzar un nuevo día, un día que iba a ser el último de mi rutina, al menos por un tiempo, y de repente el azar hace de las suyas para evitar que sea feliz y me encuentro mal, triste y desmotivada porque son tantas las veces que todo sale mal. A veces consigues levantarte de un gran agujero en el que estabas inmerso tras una larga temporada de esfuerzos continuos, sin ningún descanso que haga retroceder en la escalada, y cuando consigues llegar a la cumbre, levantar tu cuerpo hasta respirar un aire limpio, tras disfrutar unos pocos días de esa ilusión, la vida te demuestra que tan solo es eso, una ilusión, y te baja de nuevo a tu hábitat natural, al subsuelo en el que has vivido toda tu vida, entonces te das cuenta de que cada persona tiene su lugar en la vida, su posición, y ésta está más que determinada de antemano. La cuestión es si merece la pena luchar contra esa opresión o es mejor no perder esfuerzos que son necesarios reservar para sobrevivir en la selva de la vida. Como siempre dudas, dudas y decepción con la vida que una vez más me demuestra que no es suficiente con luchar por las cosas, sino que en ocasiones, la suerte o el destino quizás, juegan un papel importante. Variables en los que mi mente matemática se ha empeñado en no creer jamás, ahora no tengo claro si es o no cierto. Lo único seguro es que el azar, de nuevo, me ha desilusionado.
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